23 de agosto de 2020

Cuaren-cena dulce y saludable

 Bitácora de recetas en cuarentena #1

Es fin de semana y tengo ganas de cenar algo dulce y saludable. Estamos en pandemia, con un virus universal rondando por las calles. Es como cuando daban gripes grandes de temporada.

Mi mamá siempre nos daba cuando llegaba la gripe del año,  una receta implacable, que no sabíamos si nos gustaba o no. Resume todos los sabores.

Decía,

-La miel es un antibiótico natural, sube las defensas,

-El limón es un antiséptico natural, además tiene mucha vitamina C, para las defensas

-El jengibre es bueno para el sistema respiratorio,- y por último, nombraba a su héroe:

-La sábila es buena para todo, desinfecta, desinflama, cura

Con esas cosas hacía un hervido en leche y nos lo daba. Siempre. Yo tengo en mi casa y l uso con frecuencia, los cristales de la sábila. Sirve para quemadas y para problemas gástricos, al menos en mi caso. Ya he publicado antes, cómo sacarle el yodo amargo a la penca de sábila antes de su uso.

Con eso, decidí hacer un topping para una panqueca, pero hecha con harina (Pan) de maíz, libre de gluten.

Receta:

Ahora hago las cremas como si hiciera mayonesa. En este caso con bajo aceite. He usado un procesador de alimentos, el que mezcla cosas en un vaso grande y parece una licuadora de mano

Sale al final del tamaño de 250 cc, mas o menos

Ingredientes:

-1 huevo a temperatura ambiente. Lo lavo muy bien con jabón antes de abrirlo

-3 onzas de miel

-1 onza de aceite de maiz

-el jugo de dos limones amarillos medianos

-5 cucharadas de arroz cocido, bajo en sal

-pizca de sal

-3 cucharadas de azúcar

-un cuarto de cucharadita de jengibre

Coloco primero el arroz al fondo. Le agrego la sal, el jengibre, el azúcar. Luego los líquidos o geles. Por último el huevo. Licuo suavemente de arriba hacia abajo para que primero se forme la alianza entre los aceites y la albúmina del huevo. Luego mezclo firmemente el arroz a la mezcla hasta obtener un resultado pastoso.

No lo hice con la sábila esta vez, pero a la próxima le agrego al menos dos cristales crudos. El huevo está crudo y siempre me queda la duda, pero estimo que el limón y la sal, hacen su trabajo, al igual que el vinagre con la mayonesa.

No es lo mejor que he inventado pero sabe rico, y además entiendo que es saludable en estos tiempos que corren. Sabe a limón dulce. Lo endulza el azúcar y la miel que se siente tiempo después de comer un trozo. Mas allá, la sensación del picante del jengibre y su olor. 

Ojalá les guste,


Alberto



19 de mayo de 2020

Huevillo de auyama y cambur



Se parece a un quesillo o a una torta de pan, pero no tiene leche ni pan. Si lleva huevos, así que le pondré huevillo como nombre.

Resulta que se explotó el hornito eléctrico con las caídas de electricidad que hay en mi país. Ese día teníamos electricidad. El horno de gas es muy grande para una porción pequeña y además debo hacerle mantenimiento. En este encierro que hemos llamado cuarentena, que ya va por sextena, he tenido la suerte de contar con gente maravillosa que cuando va a hacer mercado, me llama y me pregunta si necesito algo. Ese “algo” depende de lo que haya en esta escasez y en el criterio del que compra.

La última vez dije que entre las cosas que necesitaba era, “un trozo de auyama madura”, pero me llegó media hortaliza. Era grande. Hice sopa, auyama salteada, puré de auyama y todavía me queda un gran pedazo. Es así, como siendo dulce esta hortaliza, que decidí hacer un postre. Tenía huevos, un poquito de azúcar, varios cambures pintones y especias.
Me recordé un poco de la torta de pan y decidí emprender una nueva receta:

Cantidad: Mi molde mide 20 cm de diámetro. Da para ocho porciones. (U ocho porciones para uno solo…ojalá me dure)
Ingredientes: (La medida es la taza de café con leche)
·         Tres tazas de puré de auyama
·         Dos cambures para endulzar
·         Tres cucharadas de azúcar para el topping
·         Tres huevos medianos
·         ½ taza de harina pre cocida de maíz tipo harina PAN
·         No tenía vainilla, le hubiera puesto
·         Dos cucharaditas de azúcar para la mezcla
·         ½ cucharadita de canela
·         Pizca de jengibre en polvo
·         Pizca de sal

Lo que hice:
Primero se colocan tres cucharadas de azúcar en el molde a fuego alto, hasta llegar al color ámbar, “a punto de caramelo” y reservo hasta enfriar.
Se hierve la auyama picada en dados, hasta quedar blanditas y con un toque de sal. Al enfriar se hace un puré junto con los dos cambures. Quise hacer una receta libre de gluten y bajo en azúcar, por lo que usé lo cambures que endulzan mucho y además le puse dos cucharaditas de azúcar adicionales. (El cambur endulza pero se roba el sabor de lo demás. En otra oportunidad le pondré solo un cambur y una cucharadita más de azúcar)

Se agregan los tres huevos enteros al puré hasta unificar. Por último la harina de maíz. Debe quedar como espesa por lo que se puede ajustar la harina. Hay que esperar porque la harina absorbe agua y se seca con el tiempo. Si se pasa de espeso, lo disuelven al punto otra vez, con leche. Yo no lo hice.

Ya, sin horno, recuperé una vaporera  Oster que tengo y lo dejé cocinando al vapor durante una hora.

Es resultado es fantástico. Es una receta de magia blanca y dulce. La recomienda mi alter ego cocinero,  Jencaaz. (Jengibre,canela y azúcar)

!Buen provecho!

Alberto

13 de abril de 2020

Confiture de zeste de légumes


La escasez y la cuarentena tienen algo que ver. Nos hace resilientes y creativos. De repente nos provoca comer algo dulce pero nos damos cuenta que lo que hay en la nevera es un poco de azúcar.

Debido a la cuarentena y por estar en un grupo de mayor riesgo, una vecina me avisa cuando va al mercado y me pregunta que necesito. Eso ha hecho que no salga de mi casa en 30 días (hoy un mes), pero debo a acostumbrarme a lo que a ella le gusta, aunque le haga una lista. Me trae muchas más hortalizas de lo que usualmente compro. (Eso ha sido bueno pues en vez de engordar he rebajado de peso).  En estos tiempos además, de hiperinflación uno debe ser eficiente con el uso del dinero; y la verdad que los vegetales son una opción saludable y no tan cara. Además que lo que cocine me debe rendir más o menos hasta el otro sábado. Entonces, hoy hice un guiso de carne molida con vegetales; una suerte de plato que es estupendo como sopa, como topping de una pasta o con arroz de acompañamiento. Así, todos los días como lo mismo, pero diferente. Ya casi no me doy cuenta.

Hoy muy temprano, me dispuse a pelar los vegetales u hortalizas. Tenía papas, auyama, calabacín, plátanos maduros, pimentón, berenjena y zanahoria. A excepción de la piel de la papa, el resto lo coloqué en una bolsa aparte, quizá pensando en un compostero como abono, o que se yo. Era mucho lo que iba a botar. Me acordé que mi tía Maruja hace postres con la cáscara de la naranja y que mi sobrina América lo hace con la concha (cáscara) de la patilla. Entonces decidí arriesgar el poco de azúcar que tenía,  en un postre, (como quién va a hacer un dulce de lechosa). Todo picado en julianas medias, con agua, sal y una taza de azúcar. Se cocina hasta hacer almíbar. Le puse un pedacito de concha de limón para perfumar.

Les cuento que es un dulce estupendo hecho con todo lo que botamos. La prueba la hice como en la foto, con un camburcito amarillo picado en ruedas con el melado encima. Adorné el plato con pasta de cacao. Con el resto hice, en un procesador, la mermelada de vegetales. La puedo comer ahora como merienda en galletas o pan tostado con mantequilla. Los vegetales se deben lavar muy bien antes de pelarlos.

¿Qué nombre le pongo?

Pues como son sobras tiene que tener un nombre que anime a prepararlo y evite que botes las cáscaras de las hortalizas. ¡Pues debe tener un nombre en francés!  Los nombres de las cosas en francés suenan mas ricos, como por ejemplo,

·         purée de pommes de terre, es puré de papas
·         omelette, es una tortilla de huevo
·         Quiche lorraine (Kish lorrain), es una base de masa partida con un huevo batido con crema de leche, un poco de pancheta o tocineta, sal y pimienta

Entonces, a este plato dulce le puse,

Confiture de zeste de légumes, (mermelada de cáscaras de hortalizas)

Yo creo que era como un kilo de cáscaras diversas. Le puse agua hasta tapar, un poco mas de una media taza de azúcar o al gusto, pizca de sal, media cucharadita de jengibre, pizca de nuez moscada y pizca de clavos de olor. También le puse al melado, una cucharadita de vainilla y una cucharadita de canela. No creo que debamos botar estas partes de la hortaliza si le podemos dar otro uso.
Buen provecho.




19 de marzo de 2020

Telitas dulces de maíz


Los venezolanos comemos arepas; más aún en la condición de cuarenta en la que vivimos ahora en marzo de 2020. Las arepas son un plato tradicional que se hace con harina pre cocida de maíz, sal y agua y se cuecen en sartén o budare hasta quedar tostaditas por fuera. Su magia, también reside en los rellenos. Es parte de la venezolanidad; las mezclas de olores, sabores, texturas y colores.  Las clásicas, se rellenan con queso blanco rallado o con guisos de carne o de pollo. También las hay de granos o frijoles negros (caraotas) con queso blanco (dominó), o la reina “pepiada” con pollo, aguacate y mayonesa. En fin, cualquier cosa es buena para el relleno.(Pepiada es como chévere en venezolano)

Las arepas también tienen variantes; con la misma masa se pueden hacer fritas, a la plancha, a las brasas, en budare. También hay variantes según la región y entonces se pueden ver mezcladas, grandes, redondas con hueco en el medio, o las llamadas telitas. Cuando un venezolano va a una arepería, el asistente le pregunta, 

-“Le saco la masa?”, o también, -¿”Con o sin mantequilla?. 

La gente mayormente prefiere que le saquen la masa para que entre mas guiso. Con la masa no funciona. Por años he pensado ¿qué uso se le podría dar a la masa que se saca y posteriormente se bota?. He pensado en freírla, como “chicharrón de masa”, (queda muy grasosa pero rica), reamasarla en otra nueva arepa, mezclar con huevo y freírlo (ese sabe bien), o agregarle salsa de tomate y pensar que son ñoquis…(ese también me gustó). Pero nadie lo hace. Los restaurantes de arepas podrían inventar con la masa que botan.

En estos días de encierro y sin pan en la alacena, he tenido que comer muchas arepas pero hasta que se me acabe la masa. Me acordé entonces de las telitas de mi amiga “Guachamacoli” (traduce del inglés, “como lo llamas”, What are you call it), o también “la morocha” como la llamamos también, casada por supuesto, con su morocho. A veces nos llama para invitarnos a cenar “telitas”. Las telitas son arepas muy finas que un cuchillo se pueden picar por la mitad y ser rellenada con cualquier cosa. Lo bueno es que no se pierde nada de masa. Ella definitivamente lo hace con un amor tal, que podría ser comparado con comida de dioses. (Dioses areperos)

Amasaba con mucha paciencia y por más de media hora la harina de maíz, hasta que quedara en un punto exacto de consistencia. La aplanaba con sus dos palmas dándole giros a la arepa que se formaba, donde sus tres  dedos centrales de la mano izquierda se cerraban para garantizar la circularidad del producto.  No tendrían más de medio centímetro de espesor, y así las colocaba en una plancha muy caliente para que se formara la concha externa crujiente; las tomaba amorosamente con las manos sin quemarse, para lanzarlas en las rejas del horno, donde terminarían su cocción. Y con todas en el horno, las colocaba en  una cesta de paja, con una servilleta blanca de lino y algodón bordada en las orillas que al ser colocadas en ángulo, permitia que las tres puntas se cerraran en el centro para mantener el calor y el aroma.

En la mesa habían todo tipo de quesos, rellenos, salsas, mantequillas y untables. Cada quién comía lo que le era más propio; su propio relleno, su propia mezcla maravillosa. Comíamos todos, lo mismo que había en la mesa, pero la verdad es que nadie comió lo mismo nunca. Es una danza maravillosa del compartir de la familia, y que Dios mediante volveremos a celebrar. Entiendo que el Ajiaco colombiano de alguna forma, comparte esta tradición, donde cada quién termina de preparar su propia sopa. Mi padre era así con sus cenas; cada bocado era distinto al otro.

Pues de tanto hacer arepas en estos días, y con la metáfora de que son redondas y son ciclos que seguramente terminan, fue que pensé en hacer mi propia versión de las telitas. Pero no cualquier telita, esta debería ser hecha en el núcleo familiar, por lo que debería ser divertido para niños, ser suculentas, tostaditas y preferiblemente dulces. Otra premisa es que no se le botara masa al ser rellenada. Esta receta dulce, para hacerla con nuestros hijos o nietos en la cuarentena, puede ser rellena con salado o con  dulce. Si va a rellenar con salado no le coloque azúcar a la mezcla.

Me recordó los días que hacía panquecas (pancakes) con mi madre en la cocina de atrás de la casa, que era como un patio de la vieja casa, al que ella le mandó a hacer un techo de madera. Allí construyó su templo mágico. Lo único era que cuando llovía con brisa, había que entrar un tiempo.(O sacar un paragua)

Entonces, resumo lo que llevamos y hagamos magia. Haremos una arepa tostada que permita ser doblada sin quebrarse, que se pueda rellenar, que sepa rico, que sea divertido hacerla y preferiblemente dulce. Hice muchas pruebas y versiones. Las hice con camburcitos pasados por fuego, con vainilla y canela, con queso crema, con cacao en polvo y otras variantes. Creo que para compartir algo con ustedes, le doy la versión que más me gustó. No pude hacer estudio de mercado y darle a probar a mucha gente como es usual. Voy.

Telitas dulces de maíz con relleno de cacao criollo

Ingredientes
Las telitas:
·         Como una taza de harina de maíz precocido
·         2 ó 3 tazas de agua (ya no se acentúa la o, pero da miedo que piensen que son 203 tazas de agua)
·         3 cucharadas de harina de trigo
·         Pizca de sal
·         1 cucharadita de polvo de hornear
·         2 cucharadas de aceite
·         1 huevo grande
·         2 cucharadas de azúcar
Un pote de 250 gr de queso crema, preferible sin sal (Si no hay, he usado crema de leche pero no es lo mismo)
·         3 cucharadas de cacao en polvo
·         2 cucharadas de chocolate en polvo
·         5 cucharadas de azúcar impalpable
·         1 taza de nueces pulverizadas en licuadora
·         1 cuchraradita de esencia de almendras o de vainilla
·         una cucharadita de leche
·         pizca de sal
·         opcional: cambiar el queso crema por leche condensada o por arequipe

Se mezcla bien el queso crema con el azúcar, la vainilla, el cacao y el chocolate en polvo. Luego se agrega una cucharadita de leche completa y por último las nueces molidas. Se revuelve bien hasta hacer una masa espesa, compacta y todos los materiales se hayan mezclado bien.

Secreto: Si tostamos muy ligeramente las almendras antes de licuar, activamos los aceites internos y se espesa mejor. No conozco la química del proceso, es solo ensayo y error
Desde las emociones positivas de la Psicología Positiva pienso se activan muchas emociones positivas, sobre todo si se hacen con los niños. Se activan fortalezas de carácter como el interés, la curiosidad, el amar, y todo los que se hace en grupos.

Opción 2 del relleno o toping:
Como se hace en familia, se pueden hacer dos o tres topping incluyendo en de camburcitos “pasados”. Se colocan tres o cuatro camburcitos muy maduros en un sartén, se coloca agua hasta que tape la mitad de un cambur y se agregan como 5 cucharadas de azúcar, con vainilla y canela. Se deja que se evapore el agua y quede como melado. Luego se hace puré con un tenedor.
Otra opción es igual pero con fresas (Strawberries)

Cocción de las telas:
Precaliente a fuego alto un budare o sartén engrasado. Previamente mezcló todos los ingredientes secos e hizo una pasta de igual consistencia que las panquecas, muy espesa sin ser líquida. (La consistencia del atol) La harina de maíz a diferencia del trigo, va absorbiendo agua con el paso del tiempo y se seca, por lo que quizá deba agregarle más agua.

Se coloca con un cucharon, una porción en el budare y la mueve  para que se extienda o lo hace con el mismo cucharón en forma circular. En poco tiempo comienzan a salir burbujas, queriendo decir que se deben voltear.  Si queda poco cocida se puede voltear otra vez. Se colocan en un plato y se llevan calientes a la mesa. Las que sobren se pueden comer frías como merienda con o sin relleno

Estas telitas han sido mi acompañante en tiempos de cuarentena. Dios nos bendiga. Cómanlas saladas también

Alberto