2 de septiembre de 2017

Quesinillo de coco


"Niño... !deja de jugar con la comida...!"

Quizá, esta sea la frase que mas hayamos escuchado de niños. ¿Pero que se supone que le es propio a los niños y lo que mejor saben hacer?. Pues, jugar. Es así. Y en mi caso, he tenido que esperar tantos años, para re comenzar a "jugar" con la comida. Hemos dicho que cocinar nos exalta la fortaleza de carácter del "amar y ser amado" y por otra parte promueve una de las emociones positivas mas importantes, que es la "diversión". Porque no les cabe duda amigo o amiga lectora, que el juego tiene que ver con la diversión, ¿no?

En mi país tenemos una alta inflación, (la mayor del planeta), y una severa escasez, (hasta de dinero). En estas condiciones adversas es que debemos re inventarnos día a día. Cada día es nuevo y es distinto, con nuevos retos y nuevas oportunidades. Lo que si no podemos hacer, es dejarnos llevar por la adversidad y las malas emociones. Cada día, es nuestra obligación hacer algo que nos conecte con lo posible, y nos permita seguir avanzando. Porque la desesperanza se aprende, pero yo no me he anotado en esa lista. Además no me voy del país. Creo que con esta mirada podemos hacer algo con los que estamos aca.

La cocina es un centro de bienestar. No solo por los resultados, sino por sobre todo, por el proceso. Es en el proceso que sacamos adelante nuestras fortalezas de carácter como la perseverancia, la gratitud, el aprecio a la belleza y la curiosidad, a la vez que promovemos las emociones fuertes y positivas como la diversión, la curiosidad, el orgullo, y la alegría. Estando parado frente a nuestra realidad, a lo que hay en la nevera y en el propósito de cocinar "amor", mientas jugamos y nos divertimos, es que preparamos desde lo que conocemos,pretendemos e imaginamos.

Algunas veces, solo algunas, es que en estos inventos que podamos ademas, gritar, !EUREKA!. Eureka son resultados sorprendentes, mucho mas allá de los que habíamos imaginado obtener, y se convierte en una suerte de sucesos o eventos que suman en el resultado final del producto. Como todas las "Eurekas", esta pertenece a la suerte mezclada con los hechos, conocimientos y deseos. Esta receta fue así, pero su resultado está cercano a lo mágico. Lo hice para unos invitados y todos dieron fe de su calidad. Voy a tratar de indicarles paso a paso como sucedió realmente.

Iba a hacer un quesillo cuya receta ya he escrito en mi perfil; la pueden buscar allí. Pero tenía coco y estaba comenzando a usar una máquina vaporera que me regalaron hace mucho tiempo. Es buena para hacer verduras al vapor. No tenía leche condensada ni leche. Así que procedì a hacer una.

Preparación previa del envase
Coloqué en una quesillera redonda con tapa, como de 15 cm de diámetro, cinco cucharadas de azúcar. Como es de regular calidad, le agregue cinco cucharadas de agua y lo coloque a fuego mediano hasta que se derritió y se puso color ámbar el caramelo. Lo coloqué a un lado para que se enfríe.

La leche condensada
Con una taza (medida) de agua coloqué en la licuadora, cinco cucharadas de leche en polvo y tres mas junto con media taza de azúcar, una cucharadita de esencia de vainilla, pizca de sal, media taza de coco rallado y una cucharada de maicena. Se coloca a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva y se espese como la leche consensada. Se deja enfriar. (Pueden probar y ver que sabe igual)

La preparación. Nuevamente se coloca lo anterior y una taza de leche, cinco huevos enteros, y media taza de coco rallado además, en la licuadora. Se deja licuar muy bien y se coloca en el molde encima del azúcar caramelizado y ya frío. Se coloca el molde en la vaporera por 55 minutos. Se abre y con un palito de verifica que ha cuajado. Se deja enfriar y se desmolda. Yo lo desmolde a las 24 horas, no se si eso influye.

Creo que no obtuve lo que pensaba, (de eso se trata el jugar). A veces lo hago en el hornillo y el coco se separa de la mezcla y queda como quesillo. Esta vez, nadie dudaría que era un quesillo, como torta de queso con coco. En fin, una delicia Eureka.

Espero la disfruten.

PD. La llame quesinillo, pues estaba pensando en el quesillo y a la vez en el tocinillo del cielo, español