2 de mayo de 2017

Ponqué de cambur y chocolate

Cocinar con chocolate en polvo tiene sus ventajas; primero el olor que nos llega y nos hace como levitar, y luego los beneficios que ofrece, como promotor de oxitocinas y endorfinas y otros activadores del bienestar. También lo es el cambur. Una fruta dulce, suave, olorosa, práctica.

En mi país, no hay harina de trigo desde hace varios meses, de hecho no se consigue pan de trigo en las panaderías, casi no hay tortas ni dulces, ni nada que tenga que ver con la harina. Si conseguimos fécula de maíz o maizena y hojuelas de avena. Con ambas cosas he logrado una receta que asemeja bastante bien a las harinas de trigo, pero se requiere el resto, como son huevos, azúcar (no mucha), y aceite.

Esta recetica es como para una tortica de diez raciones regulares, pequeñas. Queda esponjosa, dulce, doradita, y gustosa. Vale la pena hacerla no solo porque no hay harina, sino porque queda buena.

Ingredientes a ser colocados en ese orden en la licuadora.
3 huevos enteros
1/2 taza de azucar
2 cambures maduros, esta vez sin la cáscara
3/4 taza de aceite
1/2 taza de leche
5 cucharadas de chocolate en polvo
2 cucharadas de crema de arroz
1 taza de avena de hojuelas
3/4 taza de maizena o fécuña de maiz
1/2 cucharadita de vainilla o esencia de almendras
1 cucharadita de polvo de hornear
1 cucharadita de bicarbonato de soda
una pizca de sal
una pizca de nuez moscada (como un tercio de cucharadita)

A veces, inventando, uno obtiene magia en las proporciones. Esta receta sin dudas, tuvo magia. La preparación es fácil: le das vuelta al botón y licúas. Luego va a uno o dos moldes enharinados y engrasados por una hora, a 380 grados. Al menos en mi hornito de prueba es así. Habría que ver cuando se cocina en horno grande. Igual como dice mi tía Maruja, al oler, esperas diez o veinte minutos y pinchas la torta con un tenedor a ver si sale seco, y está lista.

Los dulces, al parecer, alcanzan la magia cuando las proporciones se acercan a lo perfecto entre ellas. Cada cosa en su justa cantidad, logrando como dicen ahora, "la armonía". Ya dijimos además en el otro escrito, que "el 60% del sabor viene de la sensación del olor". El chocolate, el cambur, la vainilla, la avena y la nuez moscada, son protagonistas. Lo bueno de los mejores postres es que la gente pueda descubrir que ingredientes lleva o tiene. Me encanta, desde las emociones positivas, esta indagación que el comensal realiza cuando la prueba y pregunta, ... "tiene cambur?... tiene canela?..." Además pienso, que siendo el "interés y la curiosidad" unas emociones positivas, estaríamos aportando un poco de bienestar emocional a quién prueba la torta.

Alberto

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